Descripción
Me gusta bailar sola, sentir que mis pies y recursos me sostienen, que soy independiente y libre de realizar el movimiento que necesite, escoger el ritmo y el estilo de mis pasos.
Ser consciente de que puedo bailar sola me empodera, cada día me hace más fuerte.
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Y a la vez, sé que en esta danza puedo contar contigo. Quien debe bailar soy yo, quien debe regar también. Pero ver tu jardín me inspira, me enriquece. Saber que no bailo sola me hace sentir aún más valiente, más confiada, más feliz.
Sé que puedo apoyarme si se tambaleo demasiado, y que tú puedes hacer lo mismo conmigo. Que elegimos hacerlo así porque así somos más fuertes. Que tenemos la libertad de no hacerlo, pero nos gusta sabernos cerca. Que no sólo nos necesitamos, sino que también nos queremos.
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Que somos responsables cada una de nuestras malas hierbas, de nuestro cansancio y de curar nuestras heridas. Que no tenemos ninguna obligación. Pero que nos acompañamos una a otra porque sabemos que así somos más ricas, en fortalezas y en posibilidades de aprendizaje. Juntas conseguimos más fragancias, más belleza, mucho más movimiento.
Qué gozo el mío de saberme acompañada. Ojalá ninguno de nosotros se sintiera nunca al inverso.